Crónica: El atrás, pa´ lante de la comuna 19, Cali

Escrito por: Romy Benavides


Crónica: El atrás, pa´ lante de la comuna 19, Cali



Camino, camino tan largo en el que pudiera extraviarme, pero en el cual he podido encontrar pedacitos de la historia, la cual para mi tan limitado conocimiento se hizo evidente en tan poco tiempo de tan larga historia. Como la de mi ciudad Santiago de Cali, una de las más antiguas de Colombia cuya fundación estuvo a manos de Sebastián de Belalcázar en el año 1536. Eso me da una cuenta de 476 años de historia en los cuales en alguno de los tantos años ya transcurridos, encontraré la historia de mi barrio.

Hace cinco años vivo en un barrio al que todos conocen como El Limonar, entre la calle novena con 63 y la Autopista y no muy lejos de La Calle Quinta. Conocido por sus habitantes, comercio y hasta los taxistas que pueden ubicarlo como “El Limonar”.

Sin embargo, el 29 de Abril de este año, en las elecciones de la JAC en mi barrio, encontré un pendón que decía Barrio Niza Seguros Patria. Fue cuando con duda pregunte a la entonces presidenta de la JAC, doña Blanca, porqué el nombre.

A partir de ese momento empieza la odisea de atrás pa´lante. Que además no solo por curiosidad sino también como objeto de estudio para una materia de la universidad, decidí ir un poco a fondo de mi tan limitado conocimiento sobre mi barrio.

La primera estación fue conocer un poco de las haciendas que dieron origen a muchos de los barrios que conforman el sur de Cali, entre las cuales nos compete para seguir con la historia de mi barrio. La hacienda El Limonar y la hacienda Cañaveralejo, que no logré saber a ciencia cierta cuantas hectáreas fueron donadas para la creación de los barrios de la comuna 17. Pero aclaro mi barrio pertenece a la comuna 19, siendo que para contar la historia de uno, se entremezcla con la historia de sus vecinos.

Cali en el siglo 16 era unos de los asentamientos de paso entre el reino de la Nueva Granada y el Perú, pero cuando deciden convertir en más de un lugar de paso, es cuando empieza las querellas de su fundación. En el siglo 18 después de su fundación, la parte sur de la ciudad está conformada en su gran mayoría por haciendas, dedicadas a la ganadería, siembra de caña de azúcar con un gran número de esclavos, dedicas al servicio de estas haciendas pertenecientes a la clase alta, lo mejor de la ciudad, y cuyas familias se hacen aún más importantes en la historia de Cali. Pero Cali no solo se forjo sobre haciendas también sobre humedales, zonas inundables y lagunosas, debido a eso la premonición de que alrededor de la Plaza de Toros y la Avenida Roosevelt puede llegar verse afectado en caso de un terremoto, construida sobre lo que algunos inexpertos llaman “terreno de licuefacción”.

La Hacienda El Limonar y la Hacienda Cañaveralejo, cuyos terrenos pueden ser los origenes de donde hoy vivo; en la búsqueda de la historia de estos dos majestuosos terrenos en la época del Cali Viejo”, me encontré con el interesante apellido Borrero, familia exitosa de empresarios de la ciudad, y no solo empresarios, también figuras políticas de la ciudad, de aquel entonces. Es más, la calle novena es en realidad la Avenida, Joaquín Borrero Sinisterra diputado que en 1926, junto con otros diputados introdujeron en la Ordenanza 49 de 1926 un artículo en el cual se otorgaba el privilegio para construir y explotar privadamente una carretera entre Cali y Buenaventura, concediendo seis meses para iniciar labores. Bueno no solo la avenida, es decir la calle novena. También encontramos el barrio en honor a Borrero Sinisterra.

Parte de la Hacienda El Limonar fue donado por la familia Borrero a la Fundación Ciudad de Cali para construcción como desarrollo activo de la ciudad entre 1957-58, haciendo retrospectiva en lo que hoy podría ser mi barrio, tuve que ir para empezar este recorrido a la oficina de Participación Ciudadana y Gestión comunitaria ubicada en el piso quinto del CAM. Pude confirmar que efectivamente mi barrio queda en la comuna 19 y se llama Cañaveralejo Seguros Patria, siendo el límite norte la carrera 61, oriente la calle 10, el sur con la carrera 64 y el occidente la calle 5ta.

De ahí me enviaron al décimo piso Planeación, para visitar al profesional universitario como aparece demarcado en todas las placas de las puertas de las oficinas que visite, Guido Escobar, nada más y nada menos que el compilador del documento Cali en Cifras, que marcan los límites de cada comuna, compuesta por 33 barrios, su código es 1988 el cual Planeación Municipal los codifican para resguardar más ordenada la información sobre el mismo, y cuyo acuerdo no está establecido, siendo un tema que no le presté atención, pero que más adelante tal vez lo haré. ¿Qué es eso del acuerdo? Y muy amablemente me regaló dos libros para referenciarme sobre el tema.

Finalicé esa jornada mañanera en el piso 11 del mismo edificio, en la planoteca, es decir los proyectos urbanísticos, donde en alquiler de mi cédula, es decir, en garantía que devolvería los planos; saqué la copia de la plancha digital (mapa) de mi barrio, con cada una de las urbanizaciones que la componen. Siempre he dicho que no me es suficiente la “dirección bugueña” para ubicarme geográficamente.

“El atrás” de la Comuna 19

Fue constituida gracias a que cumplía con los patrones y las normas que la Administración Municipal exigía para la conformación de una comuna, lo que las condiciones urbanísticas para la época de 1930 eran pertinentes y vale anotar que a partir de este año, Cali empieza a desarrollarse como capital.

El barrio San Fernando el primero en la lista de la historia de la comuna, fue conformado por “los miembros de la sociedad caleña”, la elite. Siendo que a sus inicios eran el barrio para los extranjeros y los españoles terratenientes.

Más adelante de mi historia reaparece el apellido Borrero, en 1966 los hijos de uno de los empresarios vallecaucanos que consolidaron parte de la historia urbanística de Cali Jorge Garcés Borrero, y que en su muerte es donada su biblioteca personal siendo hoy en día, la Biblioteca Departamental la cual todos conocemos; cerca de la estación del Mio, la Manzana del Saber. También donaron el terreno para la construcción de la actual Universidad del Valle, en Meléndez.

Dato curioso, en mi búsqueda de esta información y en conversación con un querido amigo historiador, me narra que el terreno de la Univalle fue donado por los Borrero, no por prestar servicio social a la comunidad. La razón como siempre podría decirse de las familias élite de cualquier sociedad que guardan un ¡oscuro pasado!, fue con el interés que la construcción del acueducto que llegaría al resto de sus terrenos aledaños a la zona donada, saliera del bolsillo del municipio. O por lo menos eso me contó, tal vez cierto, tal vez no tan cierto.

En otra de las productivas mañanas dispuestas para esta tarea del atrás pa´lante de la historia de mi barrio, visite el archivo histórico de la Secretaria de Cultura de la ciudad, que por cierto quedé fascinada, cuyo trabajo de historiadores he admirado y solo he visto en documentales, una sala repleta de viejos libros, y escritorios para leerlos cuidadosamente, con guantes quirúrgicos para pasar las páginas corroídas por el tiempo y una letra cursiva que tan solo un experto podría leer sin problemas.

El historiador encargado me recomendó una serie de tomos sobre historias de barrios, pero me encontré con historias de barrios clásicos, de ahí, partí para el departamento de historia de la Universidad del Valle, esperando encontrar algo más de mi preciada e inesperada inexistencia del Cañaveralejo Seguros Patria.

Entre algunas tésis y documentos, se menciona de nuevo a los innumerables personajes de la familia Borrero, pero cuyo árbol genealógico no me ha quedado aún claro, de nuevo se menciona el principal barrio de la comuna 19, San Fernando.

Sigue y sigue camino, de una historia de atrás pa´lante, para entender de dónde posiblemente era conformada la zona de mi hogar, fango, lagunas, ganado y flores, tal vez lindas flores acuáticas.

Visité en una última jornada, la oficina del archivo del consejo municipal, para encontrar algún acuerdo sobre la creación del barrio. Leyendo de nuevo Cali en Cifras, me percaté que siendo un barrio no “tan viejo”, o pasado de los años, con historias que narrar como del tan nombrado San Fernando, puede haber algún documento de su anhelada creación.

Pero como percance que persiste, los funcionarios públicos no están cuando más se les necesita, o tal vez cuando en verdad se les necesita. Pero la segunda visita no se perdió después de todo, logré conocer con el Señor Secretario General del Consejo, Herbert Lobatón Currea la cruel realidad.

El barrio Cañaveralejo Seguros Patria, “no existe”, es decir, la JAC del barrio nunca se ha preocupado por presentar petición de acuerdo ante el Consejo, para conformarlo jurídicamente, en conclusión existe por vías de hecho, más no de derecho.

“Tal vez la constructora cedió el terreno, por eso tal vez tiene el nombre, pero en la guía jurídica no tiene acuerdo alguno, por lo tanto no hay una historia registrada”, son sus palabras.

Y por fin llegue al principio, desde las haciendas en el siglo 18 hasta hoy en día, mis días.

Pensé que una tristeza me acompañaría en la caminata por el parque al lado de mi casa, tal vez una inconformidad por saber lo que otros no saben y que siguen llamando a esa esquinita de la comuna 19, dividido por tan solo la autopista a la comuna 17, siguen llamando El Limonar.

Tal vez mi nuevo propósito será llevar el proyecto a la JAC, para que ante el consejo presente un acuerdo y puedan por fin por vías de derecho conformar el tan querido Cañaveralejo Seguros Patria y escribir su historia.